Ahora está demostrado que los Vedas pertenecen a la antigüedad más remota, siendo su conservación casi una maravilla».(Lectura sobre los Vedas).
Lo mismo se dirá de la Doctrina Secreta Arcaica cuando se den pruebas innegables de su existencia y de sus anales. Pero tendrán que pasar siglos antes que se publique mucho más de ella. Hablando de la clave para los misterios del Zodiaco, casi perdida para el mundo, hizo ya observar la escritora en Isis sin Velo, hará unos diez años, que: «A la dicha clave deben dársele siete vueltas antes de todo el sistema pueda ser divulgado. Le daremos nosotros una vuelta tan sólo, permitiendo, con esto al profano que perciba una vislumbre del misterio. ¡Feliz aquel que comprenda el todo!» Lo mismo puede decirse del Sistema Esotérico en su totalidad. Una vuelta y no más se dio a la llave, en Isis sin Velo. En estos volúmenes se explica mucho más. En aquellos días apenas conocía la escritora la lengua en que la obra fue escrita, y había prohibición de hablar con la libertad de ahora, acerca de muchas cosas. En el siglo XX, algún discípulo mejor informado, y con cualidades muy superiores, podrá ser enviado por los Maestros de Sabiduría para dar pruebas definitivas e irrefutables de que existe una Ciencia llamada Gupta Vidyâ: y que, a manera de las fuentes del Nilo en un tiempo misteriosas, la fuente de todas las religiones y filosofías en la actualidad conocidas por el mundo, ha permanecido durante muchas épocas olvidada y perdida para los hombres, pero ha sido encontrada por fin. A una obra tal como ésta, no podía servir de introducción un simple prefacio, necesitaba más bien un volumen; un volumen que exponga hechos, no meras disquisiciones, puesto que LA DOCTRINA SECRETA no es un tratado o serie de teorías vagas, sino que contiene todo cuanto puede darse al mundo en este siglo.
TENTATIVAS DE BORRAR LAS ENSEÑANZAS PRE-CRISTIANAS Grandes y celosos fueron los esfuerzos llevados a cabo por el fanatismo durante aquellos primeros siglos, para borrar hasta la menor huella de la obra mental el intelectual de los paganos; pero todo ha sido en balde, aunque el mismo espíritu del oscuro genio del fanatismo y de la intolerancia, haya adulterado sistemáticamente desde entonces, todas las brillantes páginas escritas en los períodos anteriores al Cristianismo. La historia misma, en sus inseguros anales, ha conservado bastante de lo que ha sobrevivido de aquellos períodos, para arrojar una luz imparcial sobre el conjunto. Deténgase, pues, el lector un momento en compañía de la que escribe estas líneas en el punto de observación elegido, y fije toda su atención en los 1.000 años que, correspondiendo a los períodos anterior y posterior al Cristianismo, se hallan divididos en dos partes por el año Uno de la Natividad. Este suceso, sea o no correcto, desde el punto de vista histórico ha sido, no obstante, erigido en el primero de los múltiples baluartes levantados contra la vuelta posible de una sola vislumbre a las tan odiadas religiones del pasado: odiadas y temidas por lanzar tan vívida luz sobre la interpretación nueva e intencionalmente velada de lo que ahora se llama la «Nueva Ley». Por sobrehumanos que fuesen los esfuerzos de los primeros Padres de la Iglesia para borrar la Doctrina Secreta de la memoria de los hombres, todos ellos han fracasado. [Para la última colección de datos ver Falsificación en el Cristianismo: un Registro Documentado de la Fundación de la Religión Cristiana, por Joseph Wheless, Abogado. New York: Alfred A. Knopf, 1930 –Ed.]
La verdad jamás puede ser destruida; de aquí que fracasase la tentativa de hacer desaparecer por completo de la faz de la tierra todo vestigio de la antigua Sabiduría, y de encadenar y amordazar a cuantos pudiesen dar testimonio de ella. Si se considera los millares y quizás millones de manuscritos quemados, los monumentos reducidos a polvo con sus por demás indiscretas inscripciones y símbolos pictóricos, la multitud de ermitaños y ascetas primitivos vagando entre las ruinas de las ciudades del alto y el bajo Egipto, y por desiertos y montañas, por valles y cordilleras, buscando con ardor obeliscos y columnas, rollos y pergaminos para destruirlos si contenían el símbolo de la Tau, o cualquier otro signo que la nueva fase hubiese apropiado, se comprenderá fácilmente que haya quedado tan poco de los anales del pasado.
A partir del acto de vandalismo cometido por Diocletiano, la clave de los secretos de Thot-Hermes está profundamente enterrada en las criptas iniciatorias del antiguo Oriente.
Todas las obras del corazón humano que miramos con orgullo o maravilla, son ejemplos de la fuerza irresistible de la PERSEVERANCIA, gracias a la cual la cantera produce la pirámide y los canales unen a países distantes [...] Las operaciones, cuya actividad continúa incesantemente, superan, en el tiempo, las dificultades más grandes; así, la sutil fuerza de los seres humanos nivela las montañas y circunscribe los océanos.»—JOHNSON
«Así es y siempre deberá ser, mis queridos chicos. Si el Ángel Gabriel descendiera del cielo encabezando un exitoso embate contra los privilegios más abominables e ilegítimos bajo el cual el pobre mundo gime, ciertamente perdería su carácter por muchos años, probablemente por siglos, no sólo entre los privilegiados, sino también entre la masa respetable de gente que había emancipado.»—HUGHES
Ireneo Filaleteo declara que: La piedra filosofal representa el Gran Universo (o Macrocosmos) y encierra todos los poderes del gran sistema, unidos e incluidos en el menor sistema. Éste tiene un poder magnético que está en correlación perfecta con el del Universo. Es la virtud celestial que se expande por la creación pero que es reducida a su más mínima expresión, (como hombre).
Escuchen lo que Alipile dice en una de sus obras traducidas: Cuando conocemos el Microcosmos no podemos ignorar por mucho tiempo el Macrocosmos. Esta verdad fue expresada por los egipcios, aquellos celosos investigadores de la Naturaleza que proclamaron que todos debemos conocernos a nosotros mismos. Pero sus discípulos, cuyos poderes de apreciación eran menores, cambiaron las palabras por una alegoría, y en su ignorancia la hicieron grabar en sus Templos. Pero yo les digo que si desean buscar en los secretos de la Naturaleza, averigüen lo que hay en el fondo de ustedes mismos; lo pueden hacer. Si quieren figurar en primera fila entre los estudiantes de la Naturaleza, ¿por qué no investigan constantemente lo que existe en ustedes? La Orbe universal de la Tierra no contiene misterios y excelencias mayores que el pequeño Hombre, formado por Dios a su imagen. Y él, que desea la primicia entre los estudiantes de la Naturaleza, no encontrará una reserva mejor para obtener su deseo, que en él mismo.
H.P. Blavatsky
Doctrina Secreta