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La Gran Fraternidad Blanca

La labor invisible del mundo se ejecuta bajo la dirección de los Adeptos de la Gran Fraternidad Blanca. En sus manos pone el Logos Su P...

jueves, 24 de noviembre de 2016

EL VIAJE INICIÁTICO DE HIPATIA

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"El verdadero "pecado" o quiebra moral había sido el dejar de sentirse unidos al Cielo, al Deber, a los dioses o a Dios, el dejar de sentirse hermanados con la Naturaleza y con los otros seres humanos. todo ello nos convertía en monstruos de egoísmo. Las piedad no era, como enseñaban algunos cristianos, compasión. Era eso y mucho más, Pietas, les recordaba Hipatia, es mantener el vínculo con los Dioses, con nuestra alma divina, respetar y cumplir los deberes que mantienen este vínculo con lo mejor de nosotros mismos, con la patria, con la familia, con aquellos que nos rodean.


La Piedad -les dijo Hipatia- es quien sostiene el Árbol de la Vida en nuestra alma y quien nos liga por tanto, al alma de las estrellas, al pasado y al futuro, es quien evita que la voracidad de un presente sin sentido se trague nuestra conciencia." 

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fragmento de 
EL VIAJE INICIÁTICO DE HIPATIA

Autor: José Carlos Fernandez

domingo, 20 de noviembre de 2016

AMANECER 20 NOVIEMBRE 2016

"El hombre más feliz es el que encuentra paz en su hogar" 
Goethe

"Cada órgano humano y cada célula del mismo tienen una tecla propia, 
como la de un piano, sólo que éstas registran 
y emiten sensaciones en lugar de sonidos. 
Cada tecla posee la potencialidad de lo bueno y de lo malo,
 de producir armonía o desarmonía."


H.P. Blavatsky 

"Si los hombres llegan al fondo de sí mismos, 
si se reencuentran otra vez con su honor,
con su naturaleza espiritual profunda, 
entonces, damas y caballeros, el miedo desaparece"

Jorge Ángel Livraga
"Cuan hermosos son los murmullos de la Naturaleza,
los suspiros dispersos por los aires, 
el rumor de las aguas, el de los vientos, 
el de los bosques, los que se deslizan por valles y montañas! 
¡Con qué emoción me detengo siempre a escucharlos!
Cuando me veis ensimismado es porque estoy escuchando esas armonías".
Maurice de Guerin
La paz es una actitud interior de armonía,
 una armonización con nosotros mismos y 
con nuestros propios componentes. 
Una armonía justa, que se base en la verdadera Armonía Universal, 
en la que el hombre no se vea como un elemento aislado,
 enemigo del hombre y de la Naturaleza, sino como amigo de todo. 
En concordia, corazón con corazón"
Jorge Angel Livraga


 "Trata de no perder jamás tu valor moral,
 pues tu vida depende de esta gran fuerza del alma, 
que es tu mejor coraza"
 Victor Hugo


"El amor es en verdad un fuego. 
El amor personal despierta en los hombres 
la llama de la pasión y el deseo. 
El Amor universal despierta la llama 
del genio y del heroísmo..." 
Geoffrey Hodson

domingo, 6 de noviembre de 2016

EL AMOR TROVADORESCO y LOS FIELES DE AMOR


"El caballero ofrece sus victorias, sus gestas y sus hazañas a la “dama”, a una dama concreta, realmente existente, pero siempre inaccesible. No es, pues, de una dama física de la que está hablando; pero la literatura medieval insiste en la idea de “unirse con la dama”. Así pues, se trata de un “matrimonio”, una “cópula” o una “unión carnal”… A poco que se penetre en la literatura medieval, se percibe que las alusiones a la “dama” y al “grial” son exactamente las mismas. Evola lo explica así: “La “Dama” a la que se jura fidelidad incondicional y a quien uno se entrega haciéndose cruzado, la “Dama” que conduce a la purificación (que el caballero considera como su recompensa y que le vuelve inmortal cuando muere por ella), es en el fondo el equivalente al mismo Grial”. El culto a la “dama”, propio de la caballería medieval, fue llevado tan lejos que puede parecer aberrante si hacemos abstracción del sentido simbólico y de la alta doctrina metafísica que transmite. Dice Evola: “A la “Dama” se dejaba el juzgar sobre el valor y el honor de los caballeros, y, según la teología de los castillos, no era dudoso que el caballero muerto por su “Dama” participase del mismo destino de inmortalidad bienaventurada asegurado al cruzado muerto por la liberación del Templo de Jerusalén”.

Luigi Valli ha demostrado que todas estas alusiones a la “dama” encubrían una doctrina que la Iglesia hubiera considerado herética e inadmisible y, por tanto, se expresaba en forma de símbolos y alegorías por los Fieles de Amor y la caballería gibelina. Renunciando a sí mismo y a cualquier pulsión egocéntrica, no queriendo nada para sí sino todo para su “dama”, buscando acrecentar el desinterés por lo propio y la entrega a la “dama”, el caballero iba purificando su intención y su voluntad. En realidad, la “dama” no estaba fuera de sí mismo, sino dentro de su propio ser, de la misma manera que el mercurio y los carbones no debía buscarlos el alquimista en la Naturaleza sino dentro de sí, como alegorías simbólicas a su espíritu. Estos mismos alquimistas comparaban la “dama” con el “mercurio”, y a ambos con la Luna. La mujer está sometida a ciclos como la luna y, por tanto, es mutable como el mercurio que, por lo demás, tiene el mismo brillo lunar. “Purificar el mercurio” suponía para la literatura hermética y para la literatura graélica y las obras posteriores de los Fieles de Amor gibelinos, la posibilidad de fijar el flujo mental cambiante, caótico y desenfrenado inicialmente, para convertirlo en sólido, estable y “puro”. Se trataba de favorecer un tipo de pensamiento no dual, no condicionado por los dos hemisferios cerebrales, sino surgido de algo más profundo y auténtico: de ese núcleo interior de la personalidad del que frecuentemente no tenemos sensación de su existencia, pero que se ha llamado “ espíritu”, lo permanente y trascendente de la personalidad. Dado que el cuerpo y el espíritu, la materia y lo sutil, están demasiado alejados para tener mutuamente conciencia de sí, la metafísica hermética y la metafísica del Grial habían elaborado una teoría sobre el “alma” como pieza intermedia que comunicaba a uno con el otro. Pero, inicialmente, el alma (el flujo mental, los valores, los pensamientos, la psicología interior) estaba demasiado cerca de la materia para que pudiera tener noción del espíritu. De ahí que fuera preciso “purificar” el alma, el “mercurio”, el “culto a la dama”, hasta convertirlo en un “cuerpo” capaz de percibir la trascendencia del espíritu. Es significativo que la literatura graélica, trovadoresca, los textos de los Fieles de Amor y de la caballería gibelina, califiquen frecuentemente a la dama como “dama del alma”, no en un sentido romántico, sino como una alusión a que el alma del caballero y su “dama” eran una sola y misma cosaSe alcanzaba a la “dama” purificando la vida y la vida eran las hazañas, los retos, las “pruebas, en definitiva, que el caballero debía atravesar en el curso de su aventura heroica"

Recogido de INFOKRISIS – Ernesto Milá Rodríguez

sábado, 5 de noviembre de 2016

EL AMOR CORTES

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El concepto de amor cortés o “amour courtois” fue introducido por el medievalista Gaston París en 1883. El amante acepta la superioridad de su dama, en una relación que es una especie de idolatría; humildemente rinde su valía ante ella realizando cualquier hazaña que ella ordene.

El amor cortés es más que una mera pasión; es también un arte, en el sentido medieval de una disciplina moral. Aunque el propósito del amor cortés es la mejora moral o el ennoblecimiento del amante, no es tan puro como el llamado “amor platónico”, pues, al contrario que éste, se encuentra más próximo a la pasión sexual. El amor cortés es un amor poético, un deseo erótico que se mantiene en un estado de intuición sin llegar a la consumación. Para un caballero, amar era una obligación, y el que no amaba era como un muerto en vida.

El amor cortés es parte de la ética caballeresca, donde confluyen, como ya vimos, la fidelidad a la dama y la fidelidad a la religión. En ambos casos hay una serie de formas y reglas que suavizan la barbarie de las costumbres. Dentro de la sociedad feudal, el amor se concebía como un medio de elevación social y espiritual. La dama era siempre más elevada en honor que su amante, el cual le debía por ello homenaje.

"El amor cortés es incompatible con la forma convencional de amor en la Edad Media, pues, sobrevalora a la mujer y da mayor importancia a la sensualidad. Es una doctrina de paradojas, un amor al mismo tiempo ilícito pero moralmente elevado, apasionado pero disciplinado, humillante pero exaltante, por innumerables trabas, pues la conquista de la dama representa una difícil prueba, una ascesis. El amor cortés era esencialmente aristocrático y quedaba reservado a la élite que frecuentaba las cortes.  
  
El amor se convirtió en el campo en que habría de florecer toda perfección estética y moral.  Amor se convierte en valer más.

El amante establece una condición de vasallaje en sus relaciones con la amada, designada a veces como “midons”, es decir, mi señor. El amante intentará que su dama le tome las manos y le dé el beso mediante el cual pasará a ser su vasallo.  El amor a una dama procede no sólo de su belleza, sino de su valor, que se resume en un conjunto de cualidades morales y virtudes corteses.  






Posteriormente, los poetas del “Dulce Stil Nuevo” considerarán a la dama como una de las vías para llegar a Dios, como ángel, intermediaria entre el hombre y la divinidad. El amor es una fuerza que incita al hombre a probarse a sí mismo, a demostrar sus méritos a su señora. El amor cortés es así un excelente motor de las acciones heroicas como se muestra en los romances artúricos. El caballero necesita mostrar su valor, exponerse a peligros y acreditar la capacidad de padecer por su dama. La mujer es intermediario de Dios con el Hombre; la forma de llegar a Dios es a través del Amor, y el vehículo principal es a través del amor a una mujer.  El amor era un vínculo moral y espiritual, platónico diríamos hoy, que unía al caballero y su dama.

En los tratados medievales se establecían cinco tipos de pasión amorosa de una forma escalona. Estos estados son “visus” o contemplación, “alloqium” o conversación, “contactus” o caricias, “basia” o besos y finalmente “factum” o acto sexual.


El amor trovadoresco no es deseo de muerte, como en Tristán, sino de gozo, este gozo va más allá  del placer sexual, busca el “fin amors”, una sublimación del orgasmo que es una exaltación de los sentimientos, más allá de la voluptuosidad. Es un placer que no se reduce a lo físico, sino que llena todo el cuerpo y toda la Naturaleza".

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Fragmentos recogidos de "LA SAGA DEL REY ARTURO" 
Autor: Juan Carlos del Rio

EL MISTERIO DE LO FEMENINO: FORMAS Y ASPECTOS DE LA GRAN MADRE

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LA GRAN MADRE:

En los últimos milenios, Occidente se acostumbró a ver la divinidad únicamente bajo su aspecto masculino, influenciado por el paradigma judeo-cristiano. Hoy necesitamos restaurar la imagen sagrada de lo Femenino y sus múltiples aspectos, como la vivieron las grandes civilizaciones, con el fin de restablecer una imagen más completa  y real de lo divino en el nuevo paradigma, para que éste pueda dar nacimiento a una nueva civilización con energía renovadora. Todas las tradiciones vivas de lo divino femenino reconocen que la Diosa es Una y múltiples

La Diosa tiene tantas facetas como una piedra preciosa tallada. Sus manifestaciones son tan variadas que no existe ningún lenguaje ni simbología universal que sea capaz de abarcar adecuadamente todo su poder. 


IMÁGENES DE LA DIOSA :

Una de las imágenes más corrientes de la Diosa es la de la TIERRA misma. Los romanos  pronunciaban sus juramentos más sagrados invocado a "Tellus Mater", pues la Tierra era testigo de todo y estaba siempre del lado de la Verdad.



Los oráculos sibilinos se pronunciaban en cuevas subterráneas, donde las sacerdotisas ctónicas representaban la voz de la Madre Tierra en persona. Ella tenía tal soberanía que han existido muy pocas culturas que no le hayan prestado culto.

Los Incas la veneraron como Pacha-Mama, y los griegos como GAIA  y así podríamos mencionar muchos más.

"La Gran Madre" o  "La Diosa", como se la llamó en pasado, integra pues,  los más diversos aspectos: La Tierra, el Cielo, La Madre de los dioses, Madre de los Hombres, Diosa del Amor, de la pasión, de la fertilidad.  Fue asociada a la primavera, con la naturaleza en su florecer.  La Diosa ejemplifica aspectos de lo Femenino que se manifiestan en la materia como la Belleza física, la Consciencia integrada en el cuerpo, como la Sabiduría intuitiva y la capacidad de interconectar con las más profundas emociones y sentimientos.

La Gran Madre fue Justicia y Sabiduría, principio de las artes y corazón oculto de todas las ciencias.  Fue inspiradora e instructora de la raza humana, fue el alma de la especie y de la naturaleza misma.

La Diosa era Madre, pero era considerada también Virgen, es decir "el no pertenecer a ningún hombre" (en latín Virgo significa soltera, mientras que "Virgo intacta" se refiere a aquella que no tiene experiencia sexual). El atributo virginal de la Diosa es el de no pertenecer ni depender de lo masculino. La Diosa existe por derecho propio, como "una en sí misma".

La Gran Madre era también, Señora de la Luna, constituyendo entonces los poderes fecundantes. Así llevó una Luna creciente como atributo en muchas de sus manifestaciones.  En la fase oscura de la Luna, la Diosa era relacionada con Hécate.

Es decir que la Diosa es también muerte y destrucción, estos aspectos son los más difíciles de comprender ya que van en contra de nuestras enseñanzas culturales. La fuerza de la Diosa recae en la capacidad de entregar  lo que es más precioso para asegurar el crecimiento y la regeneración. Este aspecto dinámico y activo de la naturaleza femenina que promueve el cambio y la transformación hace balanza con el lado estático, el materno que, aunque promueve crecimiento, es esencialmente protector y conservador.
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Pero uno de los aspectos más poderosos de la Diosa, es el del Amor, imagen arquetípica de la Energía Femenina. Su reino se extiende tanto al Cielo como a la Tierra, al mundo misterioso de la divino y a nuestra realidad interna.  La risa amorosa, la Diosa radiante, constituye un principio psíquico vital en hombres y mujeres. Ella es el principio activo de Eros que nos prepara para relacionarnos con nuestro mundo emocional e incluso para tocar la sustancia emocional del otro. La Diosa es la que brinda el amor y el éxtasis, Puede combinar y dirigir el natural instinto sexual y el elevado y cultivado arte del amor. Es la fuerza mágica que nos enamora del mundo de las esencias y nos hace sacerdotisas de la Sabiduría.  "La esencia de Afrodita es la transformación mediante el poder de la belleza y del Eros, el poder psíquico responsable de todas las metamorfosis."


La finalidad del desarrollo de estos aspectos, es, además del encuentro Sagrado con aspectos de la Gran Madre, un posibilidad de re-encontrarnos con lo sagrado de lo Femenino y en consecuencia comprender algo más de sus misterios en nosotros mismos.

Así,  tanto la mujer como el hombre  que llega a conocer y a identificarse con la Diosa, a través uno o varios de sus aspectos,  crece en la comprensión de lo divino de su naturaleza femenina.

La mujer y el hombre reconciliados  con lo Femenino, recuperan el poder de conducir las necesidades del alma, por medio de los Ideales y principios que se desarrollan desde su interior.

La mujer centrada por lo divino de su naturaleza, no está contaminada por las circunstancias externas ni demasiado afectada por el criticismo. Considera que su cuerpo es hermoso y es consciente de que, en parte, es una manifestación de la magia perfecta de lo femenino sagrado. Su cuerpo se convierte en la materia prima con la cual ella puede llegar a conocer y a valorar sus propias y profundas intuiciones y sabiduría.

La mujer que conoce a la Diosa, es consciente de sus propias fases lunares. Sabe de los ritmos cíclicos en su cuerpo e intuitivamente se mueve con su propia marea y fluye con los humores cambiantes de su energía. Al conocer la naturaleza lunar, reconoce los momentos en que es iluminada y brillante, épocas en que favorece un nuevo crecimiento.  En la fase oscura, reconoce su negrura,  sus presentimientos, su lado de maga y es capaz de descargar esta energía tan poderosa de un modo no destructivo.

Entiende sus necesidades de extroversión, tiempos de brillo externo, así como las épocas para la reclusión y la introspección.

Recordemos que sin la presencia de lo Femenino en la vida y en nuestra consciencia, el principio Masculino queda herido y la calidad de la Vida se deteriora. Y cuando lo femenino no puede ser reconocido, no tiene lugar la Renovación de la vida.
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Fragmentos de : EL MISTERIO DE LO FEMENINO
Autora: ANGELA GILARDI