Orfeo no fue sólo músico, también fue poeta, filósofo, teólogo, reformador de la moral y las costumbres. Fue iniciado a diversos misterios, en particular a los de Samotracia, gobernados por los Cabiros, "grandes dioses secretos".
Más tarde, Orfeo realizó un viaje a Egipto donde fue iniciado a los misterios de Osiris. Después llevó a Grecia el conocimiento de esos misterios, la doctrina de la purificación y del destino del alma en el más allá.
Más tarde, Orfeo realizó un viaje a Egipto donde fue iniciado a los misterios de Osiris. Después llevó a Grecia el conocimiento de esos misterios, la doctrina de la purificación y del destino del alma en el más allá.
El arquetipo de Orfeo representa la real humanización del hombre, el asumir su vulnerabilidad, su tristeza, el no ser fuerte y victorioso, sino el ser que se reconstruye asumiendo su propia dualidad, fragilidad e imperfección; y que, mediante un verdadero trabajo interior, transmuta el olvido en memoria, la ignorancia en sabiduría.
Orfeo, para llegar a su propio centro, vive el amor que vence lo transitorio con el poder de la música-armonía.
Dedica su vida a la purificación de su carácter, desarrollando un poder moral que le permite construir un puente de conciencia entre lo visible y lo invisible. Y sabe bajar a sus propios infiernos para liberar su alma inmortal de la cárcel de la temporalidad. Sabe afrontar las fuerzas dispersantes y despedazadoras de las circunstancias y seguir cantando a las leyes universales que gobiernan y ordenan el cosmos. Su arte musical es terapeútico porque cura con la fuerza del amor y el olvido de sí mismo las heridas del egoísmo y la separatividad que invaden el mundo actual.
El arquetipo masculino que está emergiendo al alba del siglo XXI se acerca a Orfeo. Este nuevo héroe no quiere renunciar al amor por una sed de poder superficial. Ha descubierto que el único poder válido es el poder sobre sí mismo y la capacidad de compartir sus riquezas con la humanidad, como se hace con el arte y todos los bienes metafísicos, aprendiendo a respetar profundamente a la Madre Tierra y el Padre Cielo."
fragmento de Laura Winckler
De su libro: DIOSES INTERIORES
CÓMO IDENTIFICAR TU ARQUETIPO PERSONAL