Poseían la sabiduría, pero para gobernar el país era necesario uno de ellos, uno que todavía estuviese en el mundo, que no se hubiese retirado a trabajar en los planos invisibles. Era necesario un discípulo de los templos, alguien que tomara sobre sí mismo el poder político del país p
Pero que al mismo tiempo fuera "hijo" de ellos, el hijo de los iniciados. Ése era Horus, símbolo de la realeza, hijo de los Osiris de los templos y discípulo de los Maestros.
Pero que al mismo tiempo fuera "hijo" de ellos, el hijo de los iniciados. Ése era Horus, símbolo de la realeza, hijo de los Osiris de los templos y discípulo de los Maestros.
Pero, ¿por qué en el mito, Horus tiene que disputar la herencia de su padre Osiris con Set? ¿Por qué esa feroz batalla?
Porque quien quiera ser rey, no sólo ha de ser discípulo de los templos, sino que ha de mostrar su fuerza y habilidad luchando contra los obstáculos materiales, representados por Set. Tiene que aprender a dominar la violencia y la rebeldía. El discípulo puro de los templos, en contacto con la materia pierde un poco de su pureza. Es un trato, un compromiso entre la pureza total de los templos y el mundo exterior. Por eso dice la leyenda que, en cerrada disputa con Set, Horus perdió el ojo de la videncia.
Entonces, reconstruir el cuerpo de Osiris es también reconstruir un sistema de gobierno.
Justamente; un sistema que consistía en establecer un método de selección basado en la aristocracia del mérito. Nada tiene que ver con la herencia de sangre, sino con el valor y el esfuerzo cien veces probados.
fragmento de LOS SIETE PASOS DE OSIRIS
JUAN MARTIN CARPIO
Editorial N.A.
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