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La Gran Fraternidad Blanca

La labor invisible del mundo se ejecuta bajo la dirección de los Adeptos de la Gran Fraternidad Blanca. En sus manos pone el Logos Su P...

domingo, 4 de abril de 2021

Los Bienhechores Inmortales


"Cuando  se  dice que  los  Dioses abandonan la Tierra, significa  no  sólo  los  Dioses,  los  Protectores  e  Instructores,  sino  también  los Dioses menores: los Regentes de los Signos del Zodíaco.  Los  primeros,  como  Entidades reales existentes, que dieron  nacimiento,  criaron  e  instruyeron  a  la  humanidad  en  su temprana edad, aparecen en todas las escrituras, tanto en  la  de  Zoroastro  como  en  los Evangelios indos. Ormuzd o Ahura  Mazda,  el  “Señor  de  la  Sabiduría”,  es  la  síntesis  de los Amshaspends, o  Amesha  Spentas,  los “Bienhechores  Inmortales”, el  “Verbo”  o  el Logos,   y   sus  seis  aspectos  más   elevados  en  el  Mazdeísmo.  Estos  “Bienhechores Inmortales” son descritos en el Zamyad Yasht como: Los  Amesha  Spentas,  los  resplandecientes,  de  ojos  eficaces, los  grandes,  los  serviciales... los imperecederos y puros...los cuales  son  todos siete  de  una misma mente,  de  una misma palabra, obrando todos siete del mismo modo...y que son los creadores  y  destructores  de las criaturas de Ahura Mazda, sus creadores y vigilantes, sus protectores y regentes. Estas  cuantas  líneas bastan   para  indicar   el   carácter   doble  y  hasta   triple  de  los Amshaspends, nuestros  Dhyân  Chohans  o   las  “Serpientes  de  la  Sabiduría”.  Son  ellos idénticos  a  Ormuzd  (Ahura  Mazda),  y  sin embargo  aparte  de  él.  Son  también  los Ángeles  de  las  Estrellas  de  los  cristianos  –los  Estrella–Yazatas  de  los  zoroastrianos–   y también los Siete Planetas (incluyendo  el  Sol)  de  todas  las  religiones.  El  epíteto  “los resplandecientes,  de ojos eficaces”, lo prueba.  Esto  es  en  los  planos  sideral  y  físico.  En el espiritual,  son  los  Poderes  Divinos  de  Ahura  Mazda;  pero  en  el  plano  astral  o psíquico,  son  los  “Constructores”,  los  “Vigilantes”, los  Pitris  o  Padres,  y  los  primeros Preceptores de la humanidad.

Cuando los mortales se hayan espiritualizado  lo suficiente,  ya  no  habrá  necesidad  de forzar en ellos  una  comprensión  exacta  de  la  antigua  Sabiduría.  Los  hombres  sabrán entonces que  jamás  ha  habido  todavía  un  gran reformador  del  Mundo  cuyo  nombre haya  pasado  a  nuestra  generación, que: a) no  haya   sido   una  emanación directa  de Logos   (cualquiera   que   sea   el   nombre  por   el  que   le  conozcamos),   esto   es,  una encarnación esencial de  uno  de  los  “Siete”,  del  “Espíritu  Divino  que  es  séptuple”, y b), que no haya aparecido antes, en Ciclos anteriores. Ellos reconocerán, entonces,  la  causa que produce ciertos enigmas de las edades,  tanto  en la  historia  como  en la cronología; la razón, por ejemplo, de por qué es imposible para ellos asignar una época  verdadera  a Zoroastro,  que  se  ve  multiplicado  por  doce  y  por  catorce  en  el  Dabistân; de  por  qué los números  y  las  individualidades de  los  Rishis  y  Manus  están  tan  mezclados;  de  porqué  Krishna  y  Buddha  hablan  de  sí  mismos  como  de  reencarnaciones, identificándose Krishna  con  el  Rishi  Nârâyana, y  exponiendo  Gautama   una   serie  de nacimientos anteriores; y de por qué al primero  especialmente, siendo “el supremo Brahmâmismo”, se  le  llama,  sin embargo, Amshâmshavatâra  –  “una  parte  de  una  parte”  solamente  del Supremo en la Tierra; finalmente, por qué Osiris es un Gran Dios y  al  mismo  tiempo  un “Príncipe  en  la  Tierra”,  que reaparece  en  Thoth Hermes;  y  por  qué  a  Jesús  (en hebreo, joshua)  de  Nazareth  se  le  reconoce kabalísticamente  en  Joshua,  el  hijo  de  Nun,  así como  en  otros  personajes.  La  Doctrina  Esotérica  explica  todo  esto  diciendo que cada uno de éstos, así como muchos otros, aparecieron primeramente en la Tierra como  uno de  los  Siete  Poderes  del  Logos, individualizado como un Dios o Ángel (Mensajero); luego, mezclados con la  Materia, reaparecieron por turno como grandes Sabios los instructores  que  “enseñaron”  a  la  Quinta  Raza,   después   de   haber  instruido  a  las  dos Razas   precedentes;  gobernaron durante las Dinastías  Divinas, y finalmente   se sacrificaron para renacer  en  varias circunstancias  en  bien  de  la  humanidad,  y  por  su salvación  en  ciertos   períodos   críticos;  hasta  que  en  sus últimas encarnaciones  se convirtieron verdaderamente  en  sólo  “partes   de   una  parte”  sobre  la  Tierra,  aunque defacto sean el Uno Supremo en la Naturaleza. Ésta   es  la   metafísica   de   la   Teogonía. Cada  “Poder”  de   los   SIETE,  una   vez individualizado, tiene  a  su  cargo  uno  de  los  elementos  de  la  creación  y  lo   gobierna; de aquí los  muchos significados  de  cada  símbolo. Éstos, a  menos  de  ser  interpretados con arreglo a los métodos esotéricos, ocasionan confusiones sin cuento.

La  cantidad  de  fantasías  y  ficciones maliciosas,  dedicadas  a  esta  “Hueste”   por  varios escritores fanáticos,   es   verdaderamente   extraordinaria.   Azazel   y   su    “Hueste”  son simplemente el “Prometeo” hebreo, y debieran ser considerados  desde  el  mismo punto de vista. El Zohar muestra  a  los  Ischins  encadenados  a  la  montaña  en  el  desierto.  Esto es alegórico  y  alude simplemente  a  estos  “Espíritus”  como  estando  encadenados  a  la Tierra durante el  Ciclo  de  Encarnación.  


Esto es  por  lo que  Esquilo,  lo mismo  que  Shakespeare,  fue  y  seguirá  siendo  siempre la “Esfinge” intelectual de las edades. Entre Zeus, la Deidad  Abstracta  del  pensamiento griego,  y  el  Zeus  Olímpico,  había  un  abismo.  Este  último  no  representaba  en  los Misterios más principio que  el  aspecto  inferior  de  la  inteligencia  física humana  (Manas enlazado  con  Kâma); mientras que  Prometeo,  el  aspecto  divino  de  Manas  sumergido en Buddhi, al cual aspira, era el Alma divina. Siempre que a Zeus se  le  representa  como cediendo  a  sus  pasiones  inferiores,  es  nada  más  que  el  Alma  Humana,  el  Dios  celoso, vengativo y cruel, en su Egoísmo o Yo exclusivista. De aquí que a Zeus  se le represente como una Serpiente, el tentador intelectual del hombre, que, sin embargo, engendra  en el curso  de  la  evolución  cíclica  al  “Salvador–Hombre”,  al   Baco   Solar   o  Dionisio  –  más que hombre. Dionisio  es  uno  con  Osiris,  con  Krishna  y  con  Buddha,  el  Sabio  celeste,  y  con  el Avatâra (décimo) futuro, el Christos  Espiritual  glorificado,  que  libertará  al  Chrestos  en sufrimiento  (la  humanidad,  o  Prometeo),  en  su  prueba.  Esto,  según  dicen las  leyendas brahmánicas y buddhistas, que repiten como  eco las enseñanzas  de  Zoroastro  y  ahora las cristianas (estas  últimas  sólo  ocasionalmente),  sucederá  al  final del  Kali  Yuga.  Sólo después de la aparición del Kalki Avatâra,  o  Sosiosh,  nacerá  el  hombre  de  la  mujer  sin pecado. Entonces Brahmâ,  la  deidad  hindú;  Ahura  Mazda  (Ormuzd),  la  de  Zoroastro; Zeus,  el  Don  Juan  olímpico  griego;  Jehovah,  el  Dios  de  tribu,  celoso,  vacilante  y  cruel de  los  israelitas,  y  todos  sus  semejantes  del  Panteón  universal  de  la  fantasía  humana, se desvanecerán  y  desaparecerán   en   el   aire   sutil.  Y   juntamente   con   ellos   se desvanecerán sus  sombras,    los    aspectos    sombríos    de    todas    estas    Deidades, representadas  siempre  como  sus   “hermanos   gemelos”  y  criaturas,   en   la  leyenda Exotérica: su propia reflexión sobre  la  Tierra,  en  la  Filosofía  Esotérica.  Los  Ahrimanes  y Tifones,  los  Samaels  y  Satanes,  serán todos  destronados  en  ese  día,  cuando  todas  las pasiones malas sean subyugadas. Hay  una  Ley  Eterna  en  la  Naturaleza  que  tiende  siempre  a  ajustar  los  opuestos  y  a producir   una   armonía  final.  Debido   a   esta   Ley  de   desarrollo   espiritual   que   se sobrepondrá al físico y puramente intelectual,  la  humanidad  se  verá  libre  de  sus falsos Dioses, y se verá, finalmente, redimida por sí misma.

Cronos  es  el “Tiempo”,  cuya  primera  ley  es  que  el  orden  de  las  fases  sucesivas  y  armónicas  en  el proceso de la evolución durante el desarrollo cíclico,  se  conserve  estrictamente,  bajo  la pena severa del desenvolvimiento anormal, con todos sus consiguientes resultados.  No estaba  en  el  programa  del  desarrollo  natural,  que  el  hombre,  por  más  que  sea  un animal superior,  se  convirtiera  desde  luego,  intelectual,  espiritual  y  psíquicamente,  en el Semidiós,  que  es  en  la  Tierra,  mientras  que  su  constitución  física  permanece  más débil, más impotente y efímera que la  de  casi  todos  los  mamíferos  de  gran tamaño.  El contraste es demasiado grotesco y violento; el tabernáculo demasiado indigno del Dios que  en  él  mora.  Así  el  don  de  Prometeo  se  convirtió  en  una  maldición,  aun  cuando sabida de antemano  y  prevista por  la  Hueste  personificada  en  ese  personaje,  como  su nombre bien lo indica. En esto se hallan  fundados  su  pecado  y  su redención  a  la  vez. Pues la Hueste que encarnó en una parte  de  la  humanidad,  aunque  inducida  a  ello  por Karma  o  Némesis,  prefirió  el  libre  albedrío  a  la  esclavitud  pasiva;   el  dolor,   y   hasta  la tortura intelectual  consciente, ”durante  el  transcurso  de  miríadas  de  tiempos”, a la beatitud instintiva, imbécil y vacía. Sabiendo que semejante encarnación era prematura y  no  estaba  en  el  programa  de  la  Naturaleza,  la  Hueste  Celestial,  “Prometeo”  se sacrificó,  sin  embargo,  para  beneficiar con   ello a  una  parte,  al   menos,  de  la humanidad.

Un don apresurado por los “Señores  de  Sabiduría”,  que  derramaron sobre  el Manas humano  el  fresco  rocío  de  su  propio  Espíritu  y  Esencia.  Nuestros  Salvadores,  los  Agnishvâtta   y   otros  “Hijos divinos   de   la   Llama   de  la Sabiduría”, personificados  por  los   griegos   en   Prometeo, bien pueden quedar desconocidos  y,  sin que  se  les  dé  las  gracias,  en  la  injusticia  del  corazón  humano.  

En nuestra ignorancia  de  la  verdad,  pueden  ser  indirectamente  maldecidos  por   el   don  de Pandora;  pero  verse  proclamados  y  declarados  DEMONIOS  por   boca   del  clero  es  un Karma  demasiado  pesado  para   “Aquel”   que,   cuando  Zeus   “deseó  ardientemente” extinguir toda  la  raza  humana,  “se atrevió  él  solo”  a  salvar  a  la  “raza  mortal”  de  la perdición.

Los Ángeles Caídos, en  todos los  sistemas  antiguos,  son   alegóricamente   los prototipos  de  los  hombres  caídos, y  esotéricamente,  estos  hombres  mismos.



H.P. Blavatsky 
Doctrina Secreta- fragmentos

miércoles, 3 de marzo de 2021

Moassy el perro

 


Siento que mis orejas bajan, que mis ojos se entrecierran y mi cansancio se me

convierte en paz. Ya no percibo el teclado de la máquina bajo mis dedos, y una voz muy

lejana, que reconozco como la de mi amo, me está llamando desde algún lugar. 

Corro a sus pies, a echarme a sus pies como cuando era cachorro. No me

atreveré a levantar mi vista hasta sus ojos; simplemente, me echaré a sus pies a dormir,

a descansar.

¿Habrá otros caminos? Es seguro que sí, pero de momento, dejadme descansar.

Ya no tengo curiosidad por esa caseta negra que se agiganta enfrente de mí. Tantas

casas, tantas cosas, tantos paisajes, tantos rostros me eran nuevos y, en un momento, los

traté como a viejos conocidos… Todo lo extraño que pueda venir será pronto familiar y

cercano. ¡Tantas veces me pasó y tantas veces me ocurrirá lo mismo…!

¡Qué sueño tan grande!

Cuando se os duerma un perro, cuando se os duerma todo lo querido, dejadlo

dormir. Con los ojos cerrados hacemos los mejores viajes. Os digo que améis mucho a

los perros, a todos los seres, y hasta a vosotros mismos. No os torturéis constantemente

y tened piedad del Sueño que crece en vosotros. Es la nostalgia de ese Gran Viaje, el

que hacemos con los ojos cerrados. 

Yo me voy a mi caseta negra, a echarme a los pies de mi amo. Mas sé que
dormiré y eso me conforta. Lameré sus pies antes de dormir. Soy un perro; nada hay
más fuerte que el amor a mi amo, ni nada más dulce que enroscarme, muy chiquito,
junto a él.

Mi séptimo viaje lo hago con los ojos cerrados. Con los ojos cerrados hacemos los mejores viajes

Moassy el Perro
Jorge Angel Livraga Rizzi
fragmento

Fotografías de: carlosandrescruz.com

domingo, 13 de septiembre de 2020

EGIPTO: EL CORAZÓN DE LA MAGIA



 Para la magia antigua no había conocimiento posible  de la Naturaleza sin un previo conocimiento de sí mismo,  lo cual implica un proceso de purificación para poder despertar lo mejor  que existe latente en el hombre. El conocimiento de sí mismo es la primera de todas las obras de la Ciencia, la que encierra todas las demás y la que es el principio de la gran Obra, esto es, la "creación de sí mismos" o el "segundo nacimiento", en este caso espiritual.

Para esta Gran Ciencia el sentido de la Vida es evolución, crecimiento, superación constante" 

fragmento de EGIPTO EL CORAZÓN DE LA MAGIA- D. Villegas- Nefertum

miércoles, 26 de febrero de 2020

Huellas del Egipto eterno


"Los dioses y la gran Eneada de Heliopolis construyen y consolidan la obra cumbre y esencial del faraón, la pirámide. El principio (Atum) posa sus manos sobre esta obra real y la protege, de modo que ningún mal puede afectarle; son Atum y Geb quienes dan al rey y a su ka una pirámide y un templo, los cuales están cercados. El que "pusiere un solo dedo" sobre estos monumentos, el que alterase la morada celestial de Horus, sería condenado por la Eneada, sería proscrito y se aniquilaria él mismo."  Texto de las Pirámides


"Lo que siento por vos se parece a todos los soles, un sentimiento exaltante como el del alba que devuelve la vida y, a la vez, ardiente como el sol de mediodía y dulce como el del amanecer. En cuanto tuve la suerte de veros, os amé " Christian Jacq

"El faraón velaba por la reciprocidad de los dones y la buena circulación de la generosidad. El que recibía tenía que dar, aun en menor cantidad, aun con retraso. Y el rey, que tanto había recibido de los dioses, tenía que dar a su pueblo la prosperidad espiritual y material." Christian Jacq - "La reina libertad"


"Sólo el faraón estaba en condiciones de ejercer el poder. Siempre que respete la regla de Maat luchando sin cesar contra las tinieblas. Si ese poder se debilita, la solidaridad entre el cielo y la tierra desaparece y la humanidad es librada a la violencia y la injusticia" Christian Jacq

"El faraón no es el patrón de los mercaderes, sino el representante de Maat en la Tierra y el servidor de su pueblo" Christian Jacq


"No hay esclavitud en Egipto, los seres humanos son el rebaño de Dios, ningún individuo tiene derecho a tratar a otro como un objeto sin alma o una mercancía.
La avidez es una enfermedad incurable que vuelve sordo y ciego" Christian Jacq



"Egipto no está regido por la avidez y el egoísmo, sino por la ley de Maat.
Cuando un jefe deja de ser un modelo, todo el país corre hacia la decadencia y la ruina"
Christian Jacq



Los faraones serían sin duda los primeros que lucharían para que reinase la diosa Maat, encarnación de la Regla universal, de la justicia, del amor que vinculaba entre sí los elementos y los componentes de la vida. Pues sabían que sin Maat, este mundo sería sólo un campo cerrado donde los bárbaros combatirían con armas cada vez más destructoras para incrementar sus privilegios y destruir cualquier vínculo con los dioses"
Christian Jacq -"Bajo la acacia de Occidente"



viernes, 7 de febrero de 2020

Tauro; la luz penetrante en el Sendero




El Ojo que brilla desde la cabeza de la constelación de Tauro es el transmisor de la luz cósmica que se llama "la Luz penetrante del Sendero". Podría llamárselo el ojo que espera, la luz que brilla como un faro en el tormentoso océano de la vida, y conduce a los peregrinos planetarios y solares hacia el sendero en espirales cada vez más altas. El sendero se extiende entre nuestro actual foco de consciencia y el foco que alcanzaremos en dimensiones planetaria, solar y cósmica. Este sendero es más corto de lo que podamos pensar. Está entre una persona y su Yo verdadero. Este sendero sólo podrá revelarse cuando un hombre se convierta en el sendero mismo. Sólo usted, usando la luz de Tauro, podrá concretar su Yo interior y expresarlo como una belleza divina y convertirse en un sendero para los demás. Hay muchas perspectivas pero hay un solo sendero, una sola dirección. Este sendero o esta dirección es una vida vivida para trabajar el Plan divino, para ser una expresión de la Finalidad divina, una vida sacrificada por la causa de todas las formas vivas. Todos los demás senderos conducen a un punto muerto, al sufrimiento y al dolor. La comprensión del sendero verdadero aparece en la consciencia de una persona después que ésta pierde su tiempo y su energía por sus intereses personales. Entonces, llega a la conclusión de que al sendero sólo se lo encuentra cuando ella "se pierde" por el bien de todos. El sendero real se extiende entre el Yo "perdido y hallado". Este sendero introduce a un hombre en su Yo, y gradualmente en su Yo cósmico. La energía de Tauro es la energía del deseo, deseo en procura de la manifestación. Esta energía se convierte en aspiración y dirección, a medida que el hombre avanza por el sendero y se convierte en el anhelo único de su Hogar. Nos ha sido dicho que "En Tauro, el deseo se transmuta en aspiración, las tinieblas dan lugar a la luz y a la iluminación, se abre el ojo del Toro, que es el tercer ojo espiritual, o el "ojo único" del Nuevo Testamento. "Si tu ojo es único", dijo Cristo, "todo tu cuerpo estará lleno de luz". Este ojo único ocupa el lugar de los dos ojos del yo personal. La atención del hombre se enfoca en el logro espiritual. Recorre el Sendero del Discipulado." 


Tauro se llama "el Toro del Deseo". En un hombre promedio, la energía del deseo se convierte en materia, y hombres, grupos y naciones se vuelven agresivos para acrecentar su riqueza material a expensas de los demás. Por otro lado, los que están inspirados por la luz del Ojo de Tauro procuran trabajar el Plan divino, entender la Voluntad de Dios y poner su divinidad en acción y expresión. Son estas dos fuerzas las que chocan en el campo de la vida y traen tanto dolor, sufrimiento y aflicción. Hubo un gran héroe, llamado Hércules, a quien se le encomendó que fuera a rescatar un toro sagrado que un rey había capturado. Este rey intentó sacrificar el toro para sí. Al toro lo llevaron a una isla, y Hércules, cruzando el agua, fue a esa isla. Tras muchas dificultades, liberó al toro. Montado en éste, cruzó el océano y lo trajo de vuelta a sus dueños, que eran tres cíclopes. Esta es una historia muy simbólica, y me parece que el toro es el alma humana, la Chispa divina que cayó en la materia de los cuerpos físico, emocional y mental, que forman una unidad. En el sendero de la evolución, la personalidad triple (la naturaleza física, emocional y mental inferior) domina al alma como un rey, y la usa como su esclava. A menudo, a esta alma no sólo se la usa sino que también se la sacrifica totalmente en favor de los separativos intereses de la personalidad, de bienes materiales, odio, codicia, etc. Hércules es el símbolo del Angel Solar que cruzó el mar de la materia, llegó a la isla y liberó al toro, el alma humana, y lo trajo de vuelta a los cíclopes. Es interesante notar que los nombres de los cíclopes indican claramente que eran los símbolos de los tres átomos permanentes de la Tríada Espiritual que está formada por la luz de la mente superior, la intuición y el poder volitivo átmico. El nombre del primer cíclope es Argos, o la actividad, que es la función de la sustancia mental superior. El segundo es Estéropes, que significa relámpago, que se refiere a la intuición. El tercero se llama Brontes, que significa trueno, poder o poder volitivo. De esta manera, el alma humana, el toro del deseo, se transformó en el toro de la aspiración y la dirección. En cada Chispa humana, la voluntad de ser, y la voluntad de vivir están en existencia. Existe el deseo de entrar en la materia, y el deseo de salir de la materia y entrar en la libertad. Los Angeles Solares se encontraron con los hombres en el momento en el que se alcanzó el punto más bajo de la identificación con la materia y las Chispas humanas estuvieron dispuestas para volver sus rostros hacia el Ojo del Toro, la Mónada. Se nos ha dicho que Tauro se llama "el Intérprete de la voz divina". La voz divina fue interpretada, se manifestó y se tornó visible como la energía del deseo que instó a la Chispa a que avanzara en el arco de la evolución. En el drama alegórico de Hércules, podemos ver fácilmente que Hércules era el rey que quería sacrificar al toro. Hércules era el toro que aguardaba la liberación. Hércules era el héroe que salvaba al toro. Estas son las tres fases del mismo individuo simbolizado en la alegoría. El mismo misterio está sugerido en el Nuevo Testamento. Cristo fue el "Verbo hecho carne". Fue el hijo del hombre. Fue el hijo de Dios. Fue uno con Dios. Vino para salvar al toro sagrado, a las Chispas humanas colectivas, y como un Ojo, El brilló en el sendero de su regreso al Hogar. En la Festividad de Wesak, El actúa como el representante del alma humana, como Hércules, que crea un puente entre la humanidad y la divinidad, y de esta manera, arrojando luz en el sendero de los hombres, especialmente en la Luna Llena de Tauro. El dijo: "Yo soy el Camino." La Festividad de Wesak es la de la liberación del despertar, de la transfiguración y del viaje hacia el Hogar. En el momento exacto de la luna llena, la Luz del Ojo de Tauro brilla sobre el Cristo, y El la transmite a la humanidad. Durante un corto momento, un conocimiento del Sendero atraviesa instantáneamente al Alma de la humanidad, y ésta recibe una sacudida. Los aspirantes son estimulados en sus aspiraciones, y los discípulos e iniciados se tornan firmes y estables en el sendero que los dirige hacia el Hogar. He ahí porqué, en una ocasión en que hablaba de Sí, Cristo dijo: "Yo soy la Luz del mundo". Derramando Su luz sobre el sendero de la humanidad, especialmente en la época de luna llena de Wesak, El atrae magnéticamente la atención de las almas humanas. En esta época, efectuamos meditación para crear un equilibrio divino dentro de nuestra naturaleza y hallar nuestro sendero que conduce hacia el Ojo de Tauro, nuestro hogar dentro de nosotros mismos. La Festividad de Wesak es un trabajo de construcción de puentes entre la humanidad y la divinidad, y la meditación en Wesak crea un equilibrio entre nuestro yo inferior y el Yo superior. A través de la meditación, la naturaleza física, emocional y mental se armoniza e integra. Además de esto, las energías de la Tríada Espiritual despiertan y se ponen en contacto con la personalidad triple. La personalidad purificada e integrada se funde con los reinos superiores  y se equilibra. El alma humana puede funcionar sin la deformación de maya, de los hechizos e ilusiones. Está en un punto de estable equilibrio. Sin la luz, el amor y el poder de la Tríada Espiritual, la personalidad se convierte en un instrumento musical que está fuera de tono, fuera de equilibrio física, emocional y mentalmente. La meditación evita la abstracción malsana dentro del país de las fantasías, manteniendo al alma en relación correcta con la personalidad triple y equilibrando la aspiración interior con las obligaciones y responsabilidades exteriores."

Torkom Saraydarian- fragmentos

sábado, 20 de julio de 2019

Cuentos de los genios del Nilo


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La otra visión sobre este mundo es aquella que afirma la existencia de Maat, del Orden Universal, de sus leyes, de la eterna ley de evolución a la que todos los seres se someten para alcanzar un perfecto ideal. 

La vida es como uno de nuestros jeroglíficos que a veces esconden un significado oculto, que tenemos que descubrir.

Ani creía delirar ante la visión de aquel cúmulo de objetos y textos sagrados.

Ani, aquí se deposita toda la sabiduría de los templos de Sejmet, de los médicos de Thoth e Imhotep. Todo lo que ves es el resultado de la revelación de los antiguos dioses y de la investigación en el libro de la Naturaleza. El Arte Secreto ha acumulado, como síntesis final, todos los conocimientos necesarios de los alquimistas de Ptah, de los Astrólogos, de la Magia de Isis y Sejmet. Generaciones de clarividentes observaron en el libro de la naturaleza y confirmaron una y otra vez lo que los antiguos textos sagrados transmitieron. Nada se pierde para el sabio, sólo el ignorante cuando la época oscura llega.

A nosotros sólo nos corresponde transmitirlo, para los Médicos Magos Iniciados de un futuro.

Ha llegado el día, lo sabíamos desde hace mucho tiempo. Ahora parecerán que las aguas se secaron, pero sólo será un instante en la eternidad.

Llegará otro día, después de la noche, llegarán otros hombres, como nosotros, quizá nosotros mismos, y entonces tomaremos posesión de nuestra herencia, de lo que nos pertenece. la CIENCIA DE IMHOTEP BRILLARÁ PARA EL BIEN DE LA HUMANIDAD UNA VEZ MÁS.



Cuentos de los Genios del Nilo-fragmento
JUAN MARTIN CARPIO
Editorial N.A.

LOS SIETE PASOS DE OSIRIS





Poseían la sabiduría, pero para gobernar el país era necesario uno de ellos, uno que todavía estuviese en el mundo, que no se hubiese retirado a trabajar en los planos invisibles. Era necesario un discípulo de los templos, alguien que tomara sobre sí mismo el poder político del país p


Pero que al mismo tiempo fuera "hijo" de ellos, el hijo de los iniciados. Ése era Horus, símbolo de la realeza, hijo de los Osiris de los templos y discípulo de los Maestros.

Pero, ¿por qué en el mito, Horus tiene que disputar la herencia de su padre Osiris con Set? ¿Por qué esa feroz batalla?

Porque quien quiera ser rey, no sólo ha de ser discípulo de los templos, sino que ha de mostrar su fuerza y habilidad luchando contra los obstáculos materiales, representados por Set. Tiene que aprender a dominar la violencia y la rebeldía. El discípulo puro de los templos, en contacto con la materia pierde un poco de su pureza. Es un trato, un compromiso entre la pureza total de los templos y el mundo exterior. Por eso dice la leyenda que, en cerrada disputa con Set, Horus perdió el ojo de la videncia.

Entonces, reconstruir el cuerpo de Osiris es también reconstruir un sistema de gobierno.

Justamente; un sistema que consistía en establecer un método de selección basado en la aristocracia del mérito. Nada tiene que ver con la herencia de sangre, sino con el valor y el esfuerzo cien veces probados.



fragmento de LOS SIETE PASOS DE OSIRIS
JUAN MARTIN CARPIO

Editorial N.A.