Este árbol de los orígenes atraviesa todas las esferas. Es el pilar del mundo. Florece en la conciencia del hombre cuando éste se ha enderezado.
El Árbol Florido casa lo alto y lo bajo, lo infinitamente lejano y lo infinitamente próximo. Cortar un árbol, para los antiguos, era como suprimir una comunicación entre el cielo y la tierra, impedir la circulación de la energía. El único motivo aceptable era construir con el árbol cortado, para hacerlo florecer de otro modo.
Entre los germanos, había el gran fresno Yggdrásil, que tiembla y oscila cuando una civilización toca a su fin y otra nueva ve la luz.
Árbol de la Vida es una expresión mucho más antigua que el cristianismo. La he encontrado con frecuencia en los textos del antiguo Egipto: "Todos los cuerpos están llenos del Árbol de la Vida", decían. Fue una gran diosa quien lo creó para todos los seres.
Este Árbol es tan grande como el Universo. Este Árbol sabiamente edificado hunde sus raíces hasta el mismo seno de la Tierra y recubre los nueve mundos. Para conocerlo, es preciso subir hasta lo alto de su copa de donde se divisa el paisaje del universo.
Los árboles han sido siempre las moradas de las grandes divinidades.
Las antiguas leyendas asocian al Árbol con la Virgen Madre. En Egipto con Hathor
La Edad Media veía a Cristo como un árbol.
Las verdaderas civilizaciones eran concebidas como unos árboles cuyas raíces eran las leyes del Cosmos.
Allí donde se halla el Árbol florido, una cofradía iniciática prosigue su obra.
CHRISTIAN JACQ
fragmentos
"En la antigüedad siempre se relacionó a los árboles
con los dioses y con fuerzas místicas de la Naturaleza"
H.P. Blavatsky
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