La carencia de estas disciplinas permite que se descuelguen como temibles vampiros las peores formas mentales, algunas dormidas durante siglos en los oscuros rincones de lo que hoy se llamaría "el inconsciente colectivo" y ataquen a los más débiles de voluntad, debilitándolos más y más y envileciéndolos. De allí salen las tendencias al consumo de las drogas, a la violencia irracional, a la angustia, a la incapacidad laboral y a la falta de potencia para tomar decisiones redentoras.
Fragmentos de: LAS FORMAS MENTALES de Jorge Angel Livraga
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