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martes, 20 de septiembre de 2016

El Alquimista: Tras la imagen de Giordano Bruno de Jorge A. Livraga

 
El Amor entre los seres trasciende estos abrigos de carne y la duración de los mismos. Cuando la afinidad espiritual establece un vínculo noble, puro, ninguna circunstancia formal le afecta, y aquel que lo sabe, no sufre.
Nada temas, salvo de ti mismo. 
La revolución de los tiempos llevó ciudades a los desiertos y convirtió en desiertos las naciones poderosas. ¡Nadie escapa al karma!  La humanidad envilecida degeneró y degeneró; ahora trata de levantarse de entre el polvo. Lo logrará. Estas ruinas aguardan para mostrarse al mundo el día en que éste, demasiado orgulloso de sus obras, crea haber llegado al máximo. Verán que aun los pueblos más encumbrados, los que vencen las enfermedades, desciende al fondo del mar y rozan los astros, caen y se transforman en salvajes, si no son morales, bondadosos y espirituales. ¡Oh, hombres! ¡Temed las potencias del Alma del Mundo! Decid a vuestro arte sensual, a la ciencia sierva del odio y la injusticia, y a la actuales e infantiles formas religiosas, que el hombre es mucho más grande de lo que creen, y que cíclicamente cae sobre sus rodillas porque no se atreve a ser un Dios y volar a los cielos 
Todas estas religiones son, fracasos que acumulan en los hombres y en sus rectores inmediatos experiencia suficiente para arribar en el fin de esta época a la Gran Religión Universal, sin sectas, dirigida únicamente al "sin nombre " Dios del Amor, y serán sus representantes en la Tierra todos los hombres puros, buenos y sabios" 
Buscad vuestra alma y hallaréis el Alma de Dios

El pasado ya no podrás cambiarlo, pero el futuro es aún niño y posible de transformación


Tú sabes que la Religión de los Misterios, alma y origen de las religiones populares, es la misma en todo el mundo, no importando dónde se la profese.

Lo que no se comprende, generalmente se interpreta mal, torcidamente, y aquello que se ve sin pureza interior, deja en su lugar un vacío terrible para el alma.  

El gigante no puede calzar la sandalia del enano, ni a éste le sirve la de aquél.

Lentamente, y creyendo a cada paso que ya lo ha descubierto todo, avanzaría la humanidad a través de la escuela del dolor, hasta el sitial celeste que le correspondería a su hora. De no haber mediado guerras, persecuciones y brutalidades de toda índole, ya se tendría avanzado mucho camino, y se habría caminado en paz... 

Ellos también tendrán su merecido y cosecharán tanto dolor como el plantado. La Ley de Dios es justa y no tiene "pueblos elegidos"...




 Jorge Ángel Livraga Rizzi- 
Fragmentos de: "El Alquimista
tras la imagen de Giordano Bruno" 

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