¿Qué importan para ti las horas malas,
si cada hora en tus nacientes alas
pone una pluma bella más?
Ya verás al cóndor en plena altura,
ya verás, concluida la escultura,
ya verás, alma, ya verás.
Amado Nervo
Recibe el don del cielo, y nunca pidas
nada a los hombres; pero da si puedes;
da sonriendo y con amor; no midas
jamás la magnitud de tus mercedes.
Da, pues, como el venero cristalino,
que siempre brinda más del agua clara
que le pide el sediento peregrino
Amado Nervo
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