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viernes, 21 de octubre de 2016

APUNTES SOBRE EL SIMBOLISMO DE LA LUNA


fotografía de: D.V.

Este símbolo arcaico es el más poético de todos los símbolos, así como también el más filosófico. Los antiguos griegos lo hicieron notorio, y los poetas modernos lo han usado hasta la saciedad. La Reina de la Noche, cabalgando en la majestad de su luz sin par en el Cielo, dejando a todo, hasta a Héspero, en la sombra, y extendiendo su plateado manto sobre el Mundo Sideral desde Milton y Shakespeare, hasta el último de los versificadores. Pero la refulgente lámpara de la noche, con su séquito de estrellas innumerables, ha hablado tan sólo a la imaginación del profano. Hasta últimamente, la Religión y la Ciencia no han intervenido en este hermoso mito. Sin embargo, la fría y casta Luna, aquella que según las palabras de Shelley:

                        …hace hermoso todo aquello sobre lo que sonríe,
                        Aquel santuario vagabundo de llama suave y helada
                        Que siempre se transforma, mas es siempre la misma,
                        Y no calienta, pero ilumina…

Está en relaciones más estrechas con la Tierra que ningún otro globo sideral. El Sol es la Fuente de Vida de todo el Sistema Planetario; la Luna es el Dador de Vida a nuestro Planeta; y las primeras razas lo comprendían y sabían, aun en su infancia. Ella es la Reina y es el Rey. Era el Rey Soma antes de transformarse en Febo y en la casta Diana.

Más aún: lo mismo que la Luna, cuyos fenómenos son triples, Diana-Hécate-Luna, es el tres en uno. Pues es Diva triformis, tergemina, triceps, tres cabezas en un cuello (1), como Brahmâ-Vishnu-Shiva.

Uno de los capítulos más ocultos del Libro de los Muertos es el titulado “La transformación en el Dios que da Luz al Sendero de Tinieblas”, en donde la “Mujer-Luz de la Sombra” sirve a Thot en su retiro en la Luna. Thot-Hermes se dice que se ocultó allí, porque es el representante de la Sabiduría Secreta. Él es el Logos manifestado de su lado luminoso; y la Deidad oculta o “Sabiduría Obscura”, cuando supone que se retira al otro hemisferio. Hablando de su poder, la Luna se llama repetidamente a sí misma: “La Luz que brilla en la Obscuridad”, la “Mujer-Luz”. De aquí que se convirtiese en el símbolo aceptado de todas las Diosas Vírgenes-Madres.

La Madre Naturaleza siempre joven, el origen de sus prototipos, el Sol y la Luna, genera y da a luz a su Hijo “nacido de la mente”, el Universo. El Sol y la Luna, como deidades masculino-femeninas, fructifican la Tierra, la Madre microcósmica, y esta última concibe y da a  luz, a su vez.

Ciertamente, Neïth, Isis, Diana, etc., sea el que quiera el nombre por el que fuese designada, era “una Diosa demiurga, visible e invisible a la vez, que tenía su lugar en el Cielo, y que ayudaba en la generación de las especies” -la Luna, en una palabra-. Sus aspectos y poderes ocultos son innumerables, y, en uno de ellos, la Luna era para los egipcios Hathor, otro aspecto de Isis (21); y a ambas Diosas se las representa amamantando a Horus.


La misma Diosa tiene la leyenda siguiente, inscrita en su trono: “La Divina Madre y Señora, o Reina del Cielo”; y también la “Estrella de la Mañana”, y la “Luz del Mar” -Stella Matutina y Lux Maris. Todas las Diosas Lunares tenían un aspecto doble: uno divino, el otro infernal. Todas eran las Vírgenes Madres de un Hijo nacido de modo inmaculado, el Sol.

El magnetismo Lunar genera vida, la conserva y la destruye, tanto psíquica como físicamente.

Esto que parece una corriente (al ignorante) es de naturaleza doble: una da vida y sabiduría, y la otra que es letal. Aquel que pueda separar la primera de la segunda, como Kalahamsa separó la leche del agua que estaba mezclada con ella, demostrará así gran sabiduría y tendrá su recompensa.



Uno de los nombres de la luna en sánscrito es soma, que es también el nombre como es bien sabido, de la bebida mística de los brahmanes, y demuestra la relación entre las dos, Un bebedor de Soma alcanza el poder de ponerse en relación directa con el lado brillante de la luna, tomando así inspiración de la energía  intelectual concentrada de los benditos antecesores. Esta concentración, y el ser la luna un depósito de esta energía, es el secreto cuyo significado no puede ser revelado más allá del mero hecho de mencionar el continuo derrame sobre la tierra de cierta influencia desde el lado brillante de la esfera.


Así como la mayoría de las ceremonias religiosas brahmánicas están relacionadas con la luna llena, de la misma manera las siniestras ceremonias de los hechiceros tienen lugar en la luna nueva y en su último cuarto. Del mismo modo, cuando el ser humano perdido, o hechicero, llega a la consumación de su carrera depravada, todo el mal karma, y la mala inspiración cae sobre él, como un negro incubo de iniquidad, desde "el lado oscuro de la luna".


Cuando llegue el día de la revelación completa, se verá que las llamadas supersticiones del brahmanismo y de los antiguos paganos en general, eran simplemente ciencias naturales y físicas, veladas a los ojos profanos de las multitudes ignorantes, por temor a la profanación y el abuso.
La imagen puede contener: gato
Fotografía de: Carlos Andres Cruz Ortiz
El gato, símbolo lunar, estaba consagrado a Isis, que en cierto sentido era la Luna, lo mismo que Osiris era el Sol, como se ve frecuentemente en la parte superior del Sistro que tiene la Diosa en la mano. Aquel animal era muy venerado en la ciudad de Bubaste, que vestía luto a la muerte de los gatos sagrados; pues a Isis, lo mismo que a la Luna, se le rendía culto especial en aquella ciudad de los misterios. Del simbolismo astronómico que con él se relaciona, ya se ha hablado en la Sección I, y nadie lo ha descrito mejor que Mr. Gerald Massey en sus Lectures y en The Natural Genesis. Se dice que los ojos del gato parecen seguir las fases lunares en su desarrollo y decrecimiento, y que sus órbitas brillan como dos estrellas en la oscuridad de la noche. De aquí se origina la alegoría mitológica que muestra a Diana ocultándose en la Luna, bajo la forma de gato, cuando trataba de escapar, en compañía de otras Deidades, a la persecución de Tifón, según se refiere en la Metamorfosis de Ovidio. En Egipto, la Luna era a la vez el “Ojo de Horus” y el “Ojo de Osiris”, el Sol.


            Lo mismo sucedía con el Cinocéfalo. El mono de cabeza de perro era un signo que simnbolizaba, por turno, el Sol y la Luna, aun cuando el Cinocéfalo es, en realidad, un símbolo hermético más que religioso. Éste es el jeroglífico del planeta Mercurio, y del Mercurio de los filósofos alquimistas, quienes decían que:



            Mercurio tiene que estar siempre cerca de Isis, como su ministro; pues sin Mercurio, ni Isis ni Osiris pueden llevar a cabo cosa alguna en la Gran Obra.


            El Cinocéfalo, siempre que está representado con el caduceo, con el creciente o con el loto, es un signo del Mercurio “filosófico”; pero cuando se le ve con una caña, o con un rollo de pergamino, representa a Hermes, el secretario y consejero de Isis, lo mismo que Hanumâna ejercía igual cargo acerca de Râma.

la Luna es el Misterio de los Misterios ocultos…



Fragmentos de DOCTRINA SECRETA- H.P.BLAVASTKY

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