"La esencia de nuestro ser, el misterio que en nosotros mismos se llama "Yo" -!ah¡ ¿qué palabras poseemos para cosas semejantes?- es un hálito de los Cielos, el más elevado de los Seres, que en el hombre se revela. Este cuerpo, estas facultades, esta nuestra vida, ¿no es esto todo a manera de una vestidura para el Innominado?"
El "hálito de los Cielos", o más bien el soplo de Vida llamado en la Biblia Nephesh, se halla en cada animal, en cada molécula animada y en cada átomo mineral. Pero ninguno de éstos tiene, como el hombre, conciencia de la naturaleza de la de aquel "Ser Elevadísimo", como ninguno posee esa divina armonía en sus formas que el hombre tiene. Es como dice Novalis, y nadie lo ha expresado después mejor, según lo ha repetido Carlyle: "Sólo existe un templo en el Universo, y es el Cuerpo del Hombre. Nada es más santo que aquella forma elevada…. Tocamos el Cielo cuando ponemos nuestras manos sobre un cuerpo humano. Esto suena a modo de mera figura de retórica; pero no es así. Si en ello se piensa bien, se verá que es un hecho científico; la expresión….de la verdad precisa de la cosa. Somos el milagro de los milagros, el Gran Misterio inescrutable…"
Fragmentos de DOCTRINA SECRETA - H.P. BLAVATSKY
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